- Especialización y experiencia: Busca un despacho que tenga experiencia en el tipo de derecho que tu empresa necesita, como derecho corporativo, laboral o fiscal. Si tienen experiencia en tu sector específico, ¡mejor aún! Conocerán los detalles y desafíos únicos de tu industria.
- Reputación y opiniones: Investiga cómo es el despacho en el mercado. Pide referencias y revisa casos anteriores para ver cómo han resuelto problemas similares al tuyo. Una buena reputación y opiniones positivas de otros clientes te darán tranquilidad.
- Costo y honorarios: Pregunta cómo estructuran sus tarifas. Algunos despachos cobran por hora, otros tienen tarifas fijas o igualas o basadas en el éxito. Asegúrate de entender todos los costos involucrados y que se ajusten a tu presupuesto.
- Comunicación y accesibilidad: Elige un despacho que se comunique bien y esté disponible cuando lo necesites. Una buena comunicación y una respuesta rápida pueden ser clave para manejar tus asuntos legales de manera eficiente.
- Valores y cultura: Considera si el despacho comparte los mismos valores y enfoque de trabajo que tu empresa. Trabajar con un equipo que tiene una visión y ética similar a la tuya puede hacer la colaboración mucho más sencilla y efectiva.